miércoles, 5 de julio de 2017

Your name (Kimi no na wa)


Mi hermana trató de ponerme esta película hace unos meses, pero a los pocos minutos le dije que era demasiado rara y pusimos otra cosa. No penséis mal de mí, el cine japo puede ser muy raro y esa noche no me apetecía tener que pensar demasiado. Después de que me recomendaran esta peli una vez tras otra, me dispuse a verla. Y ahí, por Dioh! que bonita es esta película. A mí las películas me pueden hacer llorar de varías maneras: con drama y desesperación, que lloro lo normal, o bien, emocionándome. Y en esas pocas ocasiones, lloro con total desconsuelo. Es que los japos lo saben hacer muy bien. Juegan con la música, las imágenes, las emociones de los protagonistas y...flechazo en el kokoro. 


Kimi no na wa tiene el típico argumento de 'Ponte en mi lugar'. Dos personajes con vidas totalmente distintas se cambian de vez en cuando. A este argumento tan explotado por Hollywood se le suma, la movida japonesa del hilo rojo del destino, que seguro que habéis oído en mangas y animes. Pues partiendo de estas bases que ya han sido muy explotadas con anterioridad, Makoto Shinkai  consigue contar una historia que emocione al espectador y lo mantenga en vilo hasta al final.

Kimi no na wa es una película que mezcla elementos cómicos, a la vez que dramáticos, emotivos y tensos. Es una película que aunque mantiene la esencia del cine japonés, juega con las idas y venidas temporales para que al final sea el espectador quien monte el rompecabezas. Makoto Shinkai es conocido por sus dramones, pero esta película, a pesar las lágrimas que induce la película, la sensación general es de hapyness total.

Hay que decir que en esta historia los personajes pasan a un segundo plano por que lo que gana interés es el argumento pero no son personajes que desagraden. Tienen una personalidad bastante definida y adecuada a las circunstancias que los rodean, pero aún así no son lo memorable de esta película. (es decir, lo que llama la atención es la historia entre ellos y no cada personaje como individuo).

Uno de los aspectos más brillantes de la película es la acurada animación. Cada detalle está muy cuidado para darle un aspecto realista, especialmente a los fondos. Es genial la absoluta oposición de los mundos que nos muestra la película: el japón rural y el puro centro de Tokyo.  En serio, la manera de mostrar paisajes de esta película es maravillosa y consigue poner la piel de gallina en muchas escenas. Esto sumado con una banda sonora que enamora hacen de esta película un imprescindible tanto para los amantes del cine japonés como los que no.








Os la recomiendo encarecidamente porque creo que es una historia que realmente vale la pena, tanto por el argumento en sí como por la manera de ser contado éste.

MIRADLA

MIRADLA

¿QUÉ HACÉIS QUE NO LA MIRÁIS? 

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